Al hablar de exportadores Alemania y China son dos gigantes galácticos, por ello será que los dos mayores exportadores de la galaxia se reunieron para asegurar algunos cabos sueltos, como el manifiesto problema que pudiera causar un posible euro débil, sobre todo para el socio asiático.
Pues bien, lo destacable de la reunión es una sorprendente meta, duplicar el intercambio comercial en menos de 4 años y por otro lado la afirmación por parte de China que está dispuesto a comprar deuda soberana de la Unión Europea si es necesario.
Les acerco la información oficial.
DW-World.de: Ángela Merkel y Wen Jiabao presiden este martes (28.06.2011) en Berlín las primeras consultas germano-chinas. Expertos advierten que no hay que esperar cambios políticos demasiado rápidos en China.
En las consultaciones de Gobierno se trata de un encuentro “de tú a tú”, entre dos Estados. Este instrumento diplomático tiene no sólo gran valor simbólico, sino que el intercambio personal entre altos funcionarios de dos Gobiernos facilita la solución de problemas e impulsa el trabajo futuro. Eso al menos es lo que dice la experiencia alemana con este tipo de encuentros, que en un principio se limitaban a Europa. Pero en 2008 ingresó Israel a este círculo exclusivo y en el año en curso se le sumaron también la India y China.
“Confianza” como base de construcción
Ángela Merkel y Wen Jiabao comunicaron hoy en la capital alemana que profundizarán notablemente sus relaciones comerciales. Sin embargo, sigue siendo polémico el reconocimiento de China como economía de mercado. Berlín se niega a ello mientras Pekín restrinja el acceso de empresas alemanas al mercado chino y no respete condiciones justas de libre competencia para empresas extranjeras. “No necesitamos sólo seguridad jurídica, sino un Estado de Derecho”, dijo al respecto Philipp Rösler, ministro alemán de Economía.
La propia canciller también hizo alusión al problema de la piratería de productos y a la concesión de créditos de exportación. Asimismo exhortó al Gobierno chino a manejar sus materias primas de “manera responsable“. Sin embargo, a pesar de los puntos conflictivos, Merkel recalcó que ha crecido la confianza entre Alemania y China y que “sobre la base de esta confianza se puede seguir construyendo”.
Wen, por su parte, destacó el rol importante que ocupa Alemania para lograr una cooperación amistosa entre Europa y China. “Sin el apoyo y el esfuerzo de Alemania, no sería imaginable el desarrollo positivo de las relaciones chino-europeas”, dijo el mandatario chino. Anunció también que “China está dispuesta a importar más productos alemanes de punta” y que lanzará un programa de créditos de dos mil millones de euros, para fortalecer la colaboración entre los medianos empresarios de ambos países. Aunque no dejó de mencionar que a cambio de ello desea “un reconocimiento rápido como economía de mercado plena, por parte de Alemania”.
La UE necesita a China y viceversa
Según anunciara Ángela Merkel, el volumen de intercambio entre Alemania y China pasará en los próximos cinco años de más de 130 mil millones de euros a 200 mil millones de euros. Merkel apuesta allí especialmente al desarrollo de autos eléctricos.
También el ministro alemán del Exterior, Guido Westerwelle, se muestra optimista: “en China está surgiendo una clase media con varios cientos de millones de ciudadanas y ciudadanos, que se interesan por productos de calidad, productos provenientes de Alemania. Si unimos las dos cosas: los intereses económicos, pero también nuestra defensa de los Derechos Humanos y del Estado de Derecho, entonces estamos haciendo la política correcta”.
Por su parte, los propios comerciantes hacen notar que no sólo Alemania se beneficia del comercio con China. Anton Börner, presidente de la asociación federal de comercio al por mayor y exterior (BGA), explica que “los chinos nos necesitan tanto como nosotros a ellos, ya que sin las exportaciones a la Unión Europea a través de Alemania, China tendría enormes problemas sociales y no podría financiar su crecimiento”.
Casualidad nada casual
La reciente liberación del artista plástico Ai Weiwei tampoco logró que el tema de los DD.HH. fuera eliminado completamente de la agenda de Merkel, ni de la de Westerwelle durante el encuentro con sus homólogos chinos. Según dijo Ruprecht Polenz, democristiano, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento alemán, a la radio estatal SWR 2, tanto la canciller, como el ministro del Exterior, tratarán el tema de los derechos humanos en China, pero también “se hablará de la situación en África del norte, Afganistán y Pakistán, todas regiones en las cuales China ejerce gran influencia y nosotros queremos que ésta sea una influencia positiva”.
El sinólogo y economista Carsten Hermmann-Pillath, de la Frankfurt School of Finance and Management, advierte que sería erróneo esperar cambios políticos demasiado rápidos de China. Aquel país sigue comprendiéndose como una “vieja potencia”. Entrevistado por la emisora Deutschlandradio, el experto opinó que “un problema de nuestro trato respecto a China es que esperamos una gran velocidad de cambio, aunque estos procesos siempre duraron décadas enteras”.
Mientras que en la opinión pública alemana muchas veces se ve con cierto temor el crecimiento extremo de China, Ruprecht Polenz, no teme que aquel país obtenga automáticamente también un peso político inquietante, ya que tiene demasiados problemas propios a solucionar. “En China la producción corre en gran medida a costas del medioambiente. Si contrarrestamos los gastos para restablecer el medioambiente, el crecimiento ya no sería del ocho o nueve por ciento, sino apenas del uno o dos por ciento,” explica Polenz y concluye: “China tiene sobre todo el gran problema de un sistema político, que brinda a sus ciudadanos libertades económicas, pero no políticas”.