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buda En lo cotidiano soy observador de múltiples situaciones con opiniones sobre un problema seguidas de acciones y justificaciones hacia una solución en nada eficiente.

Tal vez por mi educación en las ciencias exactas, creo que hay solo una forma de hacer lo correcto y eso es estudiando los problemas y planteando una solución razonable a la luz del conocimiento.

Pero realmente olvido que trato con ideologías y no simples números, ahí todo esfuerzo de hacer que uno más uno sea igual a dos, se disuelve como azúcar en un amargo mar de egos. 

Dice un maestro Buda :

En la base de nuestras opiniones se encuentran nuestras percepciones.

Buda nos aconsejó no dejarnos engañar por lo que percibimos, dijo: “Donde hay percepción, hay engaño”. La mayoría de nuestras percepciones son erróneas, gran parte de nuestro sufrimiento surge de percepciones erróneas. Debemos preguntarnos una y otra vez “Estoy seguro?”. Hasta que no veamos con claridad, nuestras percepciones erróneas nos impedirán tener la Visión Correcta.

Percibir siempre significa percibir algo. Creemos que el objeto de nuestra percepción (por ejemplo una flor) está fuera del sujeto (nuestra consciencia), pero no es correcto. Cuando contemplamos la luna, la luna se encuentra en nuestro interior porque es el objeto de nuestra percepción, la luna es nuestra consciencia. Debemos abandonar la idea de que nuestra consciencia está fuera de la luna. Es imposible tener un sujeto sin un objeto.

El origen de nuestra manera de ver yace en el almacén de nuestra consciencia. Si diez personas miran una nube habrá diez percepciones diferentes. Nuestras percepciones acarrean en si mismas todos los errores de la subjetividad. De modo que alabamos, condenamos o nos quejamos según nuestras percepciones. Pero están hechas de nuestras aflicciones: de deseo, ira, ignorancia, visiones erróneas y prejuicios. Que seamos felices o suframos depende en gran medida de nuestras propias percepciones, por eso es tan importante observarlas a fondo y conocer su origen.

Albergamos una idea de felicidad. Creemos que con determinadas condiciones seremos felices. Pero es a menudo nuestra propia idea de felicidad lo que nos impide ser felices. Debemos observar profundamente nuestras percepciones para poder liberarnos de ellas, no se trata de una no-percepción, sino de una clara visión, de ver las cosas tal como son.

Nuestra felicidad y la felicidad de los seres que nos rodean depende de nuestro grado de Visión Correcta. Sentir la realidad profundamente – sabiendo lo que ocurre dentro y fuera de nosotros – es la forma de liberarnos del sufrimiento causado por las percepciones erróneas. La Visión Correcta no es una ideología, ni un sistema, ni siquiera un camino. Es la visión que tenemos de la realidad de la vida, una viva visión que nos llena de comprensión, paz y amor.

A veces observamos que alguien hace cosas que le causarán sufrimiento en un futuro pero probablemente no nos escuche cuando intentamos advertírselo. Todo cuanto podemos hacer es estimular en ellos las semillas de la Visión Correcta, y más tarde, en algún momento difícil quizá se beneficien de nuestra guía. No podemos explicar el sabor de una naranja a alguien que nunca la ha probado. Por muy bien que lo describamos, no podemos lograr que esa persona tenga una experiencia directa de ello, ha de probarla personalmente. Tan pronto pronunciamos una sola palabra, ya ha quedado atrapado en ella. La Visión Correcta no puede describirse, solo podemos apuntar en la dirección correcta. La Visión Correcta no puede ser ni siquiera transmitida por un maestro, el puede ayudarnos a identificar la semilla que ya está en nuestro jardín pero nosotros somos el jardinero. Debemos aprender a regar las semillas sanas que hay en nosotros, y el instrumento que tenemos es vivir con plena consciencia: respirar, andar y vivir cada momento del día de manera consciente.

Un maestro conocido decía: “Mientras el árbol esté detrás de ti, solo podrás ver su sombra. Si quieres ver la realidad tienes que darte la vuelta”. Las enseñanzas-imagen utilizan palabras ideas. Las enseñanzas-esencia se comunican a través de la manera en que vives. Tu concepto o percepción de la realidad no es la realidad. Cuando quedas atrapado en tus percepciones e ideas, pierdes la realidad.

La no-idea es la senda del no-conceptuar. En tanto haya una idea, no pueden manifestarse ni la realidad ni la verdad. La no-idea significa que no hay una idea ni una concepción errónea. No significa que no haya consciencia, ya que es gracias a ella que cuando algo es correcto sabemos que lo es, y cuando es incorrecto, sabemos también que lo es. Lo correcto o lo incorrecto no es objetivo, sino subjetivo.

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