Si los tipos de interés suben las cotizaciones tienden a bajar.
Si los tipos de interés bajan, las cotizaciones tienden a subir.
Si suben los tipos de interés aumenta la rentabilidad de los títulos de renta fija, se hacen más atractivos, por lo que muchos inversores venderán acciones y comprarán renta fija, haciendo caer las cotizaciones.
Si suben los tipos de interés aumenta la carga financiera de las empresas, lo que hace disminuir sus beneficios, afectando negativamente a la cotización.